Agujero de la
capa de ozono
En las
mediciones realizadas en tiempos recientes se descubrieron importantes
reducciones de las concentraciones de
ozono en
dicha capa, con especial incidencia en la zona de la
Antártida.
En septiembre
de 1987 varios países firmaron el Protocolo de Montreal, en el que se
comprometían a reducir a la mitad la producción de CFC´s en un periodo de 10
años. En la actualidad el problema se considera solucionado, debido a la
prohibición de los productos causantes, que han sido sustituidos por otros.
Casi el 99%
de la
radiación ultravioleta del
Sol que alcanza la estratosfera se convierte en calor mediante una reacción
química que continuamente recicla moléculas de ozono (
). Cuando la radiación ultravioleta
impacta en una molécula de ozono, la energía escinde a la molécula en átomos de
oxígeno altamente reactivos; casi de inmediato, estos átomos se recombinan
formando ozono una vez más y liberando energía en forma de calor.
- La formación de ozono se inicia con la fotólisis (ruptura de enlaces químicos por la
energía radiante) del oxígeno molecular por la radiación solar de una
longitud de onda menor de 240 nm
- El ozono por sí mismo absorbe luz UV de entre 200 y
300 nm:
- Los átomos de oxígeno, al ser muy reactivos, se
combinan con las moléculas de oxígeno para formar ozono:
donde M es
cualquier sustancia inerte, como por ejemplo el
. El papel que tiene M en esta
reacción exotérmica es absorber parte del exceso de energía liberada y prevenir
la descomposición espontánea de la molécula de
. La energía que no absorbe M es
liberada en forma de calor. Cuando las moléculas de M regresan por sí mismas al
estado basal, liberan más calor al entorno.
A pesar de
que todo el ozono atmosférico en CNPT sería una capa de sólo unos 3 mm. de
grosor, su concentración es suficiente para absorber la radiación solar de
longitud de onda de 200 a 300
nm. Así, la capa de ozono funciona como un
escudo que nos protege de la radiación UV.
La formación
y destrucción del ozono por procesos naturales es un equilibrio dinámico que
mantiene constante su concentración en la estratosfera. Se han registrado
amplias variaciones interanuales y estacionales en todas las regiones del planeta
en la densidad del ozono estratosférico; se verificó que en el hemisferio
austral la concentración pasa por un mínimo en primavera y luego se regenera.
[
editar]Agujeros
en la capa de ozono
A mediados de
los
años 1980 se empezó a acumular pruebas de que a finales
del invierno se había formado un “agujero” en la capa de ozono del Polo sur,
donde el ozono se había reducido en casi 50%. Durante el invierno, en la
estratosfera se forma una corriente de aire que rodea a la
Antártida y que se conoce como “torbellino polar” o
vórtice. El aire que queda atrapado en este torbellino se vuelve extremadamente
frío durante la noche polar, lo cual favorece la formación de partículas de
hielo denominadas nubes polares estratosféricas. Estas nubes actúan como un
catalizador heterogéneo al proporcionar una superficie para las reacciones en
las que el HCl de la Tierra y el nitrato de cloro se convierten en moléculas de
cloro reactivas
Al comienzo
de la primavera, la luz solar separa al cloro molecular en sus correspondientes
átomos de cloro, que son los responsables de la destrucción del ozono.
La situación
es menos grave en el
Ártico porque en esta región más
caliente el torbellino no dura tanto tiempo. El vórtice sella la Antártida y
evita las influencias en esta región del resto de la atmósfera. El aislamiento
producido por el vórtice impide que el aire más cálido y rico en ozono
existente alrededor de la Antártida, proveniente de los trópicos, fluya hacia
el polo, lo que ayudaría a reemplazar el ozono destruido y elevar las
temperaturas en este continente. En cambio el aire rico en ozono, que es
llevado hacia el polo por las ondas planetarias, se junta al borde del vórtice,
formando un "anillo" de aire con altas concentraciones de ozono que
puede ser visto en las imágenes satelitales.
La NASA señaló
que si no se hubiera firmado el tratado de Montreal, dos terceras partes de la
capa habría sido destruido y el "agujero" de ozono hubiera sido
destruido. El CFC habría aumentado la temperatura mundial en más de un grado
centígrado. La radiación ultravioleta, que daña el ADN, hubiera aumentado seis
veces. Apenas cinco minutos de exposición al Sol habría causado quemaduras a la
piel. Los niveles de rayos ultravioletas durante el verano hubieran aumentado
hasta 30. Finalmente, las tormentas de verano del Hemisferio Norte hubieran
sido mucho más poderosas.
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